¿ Cómo somos los franceses ? 1/4

¿ Cómo somos los franceses ? 1/4

Vender su producto o servicio a un público objetivo requiere conocerlo. ¿ Cómo es el cliente francés ? ¿ Cómo es su carácter, sus mecanismos de pensamiento ?

Nos identificamos (o nos identifican) bastante con Astérix, el irreductible galo que resiste todavía y siempre al invasor. ¡ Mala señal para la empresa extranjera que quiere vender en Francia ! Peleón, refunfuñón, pero astuto, solidario y amante de la fiesta (y los jabalíes), con un solo temor: que el cielo se le caiga encima. ¿ Seremos así ?

En parte, seguramente. El conferencista Philippe Bloch, cofundador de la cadena de cafeterías Columbus Café, publicó en 2013 un retrato poco alentador de los franceses: Ne me dites plus jamais bon courage ! (¡ No me diga nunca jamás «ánimo» !).
En este corto libro, analiza doce expresiones que se han vuelto muy habituales en las conversaciones cotidianas. No son representativas – esperémoslo – del genio francés, pero sí de un estado de ánimo que viene imperando desde hace un par de años. En eso, son claves de lectura del comportamiento del cliente francés.

Bon courage ! – ¡ Ánimo !

El francés dejó de despedirse deseándole un buen día a su interlocutor para desearle que tenga ánimo. Es una observación bastante acertada. De hecho, no pasa un día sin que escuchemos esta expresión; esta misma tarde la he oído en una peluquería. Philippe Bloch explica que arrasa este decir porque carecemos de grandes proyectos que compartir, de grandes ideales con los que identificarnos.
Para seducir a su cliente francés, alégrele el día, hágale la vida más llevadera. En ello tiene usted una ventaja: los franceses asimilan la lengua española a España y España al sol y la fiesta (ya sé. Lo siento. Se hace lo que se puede para cambiar los tópicos. Pero cuesta.). Muéstrele al cliente que al comprar su servicio o su producto, sentirá que está mejor, y que es mejor persona. Lo ha entendido perfectamente la empresa Josette et Tic, cuyos calcetines de colores vivos «alegran los pies» y que contribuye a financiar uniformes escolares para que los niños del este asiático puedan acudir a la escuela.

La fuerza negativa del «pequeño»

legofrances2Muchas expresiones en francés contienen el adjetivo «pequeño» a modo de diminutivo. De hecho, resultan casi intraducibles al español. No tomamos un café sino un cafecito, lo mismo que pedimos una copita de vino. Anhelamos una siestecita. Dejamos un pequeño recado, con besitos. Se volvería loco Bloch en Colombia al escuchar pedir un tintico clarito o una ayudita, pero no es el tema. En el caso de Francia, analiza esta tendencia marcada a empequeñecerlo todo como una muestra de mediocridad y falta de ambiciones.
Para seducir a su cliente francés, trátelo… a lo grande. Haga que lo pase en grande. Él se lo agradecerá.

El problema es que…

Parece que somos campeones en ver problemas en vez de oportunidades. «El problema es que…» suena a menudo, aunque, a mi parecer, no tanto como el «sí, pero…». Bloch lo achaca en parte a nuestra cultura analítica, heredera del pensamiento racional de Pascal. Siempre estamos con la duda : que si esto va a salir bien, que si he hecho bien reaccionando así, que si no habría sido mejor esperar más antes de tomar esta decisión… Sólo nos fijamos en los problemas, en las noticias malas (claro está que nadie compra la prensa para leer noticias buenas: nos deprimiría, supongo, pero de todas formas pocas veces las imprimen) y nos ahogamos en problemas sin mirar el lado positivo de las cosas.
Para seducir a su cliente francés, ofrézcale una solución. Confíe en que él encuentre el problema.

Y a usted, ¿ qué le parece ? ¿ Con qué expresiones le parece que se identifica su genio nacional ?

Continuará este tema. En la próxima entrada: Ojalá no me pase nada ; ¿ Nada más ? ; ¡ Que llegue pronto la jubilación !



  1. Que divertido, supongo que se puede tambien ver asi.
    Aunque la costumbre de analisis francesa hace también que todo sea mucho mas premeditado y consciente de sus posibilidades.

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